Un blog de bajo colesterol

martes, abril 17, 2007

Credo Apofático

La cordillera no está nevada
La nieve no está en la cordillera
La luna no se asoma por la ventana
Me estoy quedando calvo

Por la noche no duermo tranquilo
Todos apretamos los dientes
Todos sufrimos de marxismo
Todos apretamos los dientes
Los dientes nos aprietan a nosotros
Bruxismo no es la palabra
El marxismo no nos dejó creer
No nos dejaron creer en el marxismo
No creo en el viejo pascuero
No creo en Rudolf ni en los ayudantes
No creo en Rudolf ni en su nariz
Roja como botón de pánico
No creo en el viejo pascuero
Ni en la caperucita
No creo en Pinocho
Que nos enseñó a todos a no mentir
No creo en el Pinocho
Que nos obligó a todos a mentir
La narices rojas de frío matutino invernal
No dejaban espacio para la quejumbrosa voz
De la mirada tenue de sus familiares
Que con vergüenza solidarizaban
En sus no-moradas
En sus no-casas
En sus no-cocinas
En sus no-mesas
En sus no-comidas

Comidas no comidas cambiadas por abrigo
Abrigos no abrigos cambiados por frío
Fríos no fríos cambiados por ambición
Ambiciones no ambiciosas cambiadas por destierro.

No creo en el viejo pascuero
En Chile no existe el conejo de pascua
No tengo diez mandamientos
No tengo mañanas, ni noches, ni madrugadas

Nos obligaron a creer
Nos obligaron a crecer
Nos obligaron a mentir
Nos obligaron a decir
Nos obligaron a sentir
Nos obligaron a fingir
Nos obligaron a maldecir
Nos obligaron a morir
Nos obligaron a vivir
Nos obligaron a comer
Nos obligaron a cantar…

Les prohibieron cantar
Les prohibieron comer
Les prohibieron vivir
Les prohibieron morir
Les prohibieron maldecir
Les prohibieron fingir
Les prohibieron sentir
Les prohibieron decir
Les prohibieron mentir
Les prohibieron crecer
Les prohibieron creer

Por eso no creo
No creo en la muerte
No creo en la muerte
No creo en la muerte
No creo en la suerte
No creo en la muerte

No creo en el viejo pascuero
No creo en sus cartas coloridas
Enviadas por colorados niños
De colorados cachetes
De coloradas ilusiones
De colorados juguetes
De colorados padres
Con coloradas vergüenzas
Con colorados miedos
De colorados funerales
De coloradas fosas
De coloradas ambiciones
De coloradas sonrisas decoloradas

No creo en el viejo pascuero
No creo en sus palabras alentadoras
No siento su vergüenza en mis oídos
No pienso en su trineo por las noches

No espero ese “renacer del sol a medianoche”
No espero la salvación de nuestra tierra
No creo en la Santa y Única Ecclesía
No creo en edificios sórdidos
Fríos, llenos de vacíos
Culposos, llenos de vicios
Horrorosos, llenos de avaricias
Tormentosos, llenos de inmundicia

El bruxismo no nos deja dormir
El marxismo no nos deja morir
El viejo pascuero nos quiere hacer dormir,

Pero quedamos todos contagiados de alegría,
Bruxismo y marxismo hacen rechinar los dientes
Un cuentacuentos nos relaja la mandíbula.
Y el marxismo nos resquebraja los dientes
No creo en la divergencia
No creo en la reconciliación
No creo en el paralelismo
No creo en el parlamentarismo
No creo en el ambientalismo
No creo en la independencia

Sin embargo, no estamos mal
No estamos muertos
Los muertos no están vivos
Las luces no están apagadas
No nos olvidamos del existencialismo
No votamos por el SI
No votaron por el NO

Y las líneas siguen ahí
Marcadas con lápiz invisible
Pero marcadas al fin y al cabo
Total, para eso no estamos
Para no encontrarle el sentido a nuestras vidas
Para tratar de no sonar cliché en nuestros poemas
Para repetir mil veces la misma palabra
Para tocar nuestros rostros adormecidos con parestesia
Nuestras piernas adormecidas
Nuestros músculos acalambrados
Nuestras vidas contracturadas

Destruidas por la venganza
Reconstruidas por la esperanza
Destruidas por la vergüenza
Reconstruidas por la riqueza
Destruidas por la riqueza
Reconstruidas por metáforas
Destruidas por filósofos
Desmanteladas por teólogos
Atrapadas por musicólogos
En una foto de crucigrama
que rellenas buscando verdades con una mente onírica.

(Nota: El formato se pierde un poco al ponerlo aquí en el blog, si quieres el documento con el formato original, pídemelo)

viernes, abril 06, 2007

Viernes Santo



Escucho la Pasión según San Mateo de J.S. Bach, en una versión ultra barroca, con coro y orquesta pequeños, de una voz por parte... suena tan distinto a lo que uno acostumbra, suena muy liviano, casi bailable. La interpretación barroca, además de utilizar instrumentos de la época (con sonido mas delgado y ligero), tiene pequeñas-grandes diferencias con la forma moderna de tocar la música, el ejemplo más representativo es que el vibrato se utiliza mucho menos y suele hacerse solo en notas largas. El punto es que el resultado es una obra realmente escuchable y abordable para los que no tenemos esa capacidad de escuchar durante mucho rato esas grandes conglomeraciones de voces e instrumentos lamentándose con largas notas y fuertes vibratos wagnerianos, que dan como resultado un temblor sonoro que no se acaba en las 3 horas que dura la obra. Para el interesado, esta versión es de Paul McCreesh y está disponible bajo el sello Archiv.

Todo esto me hace pensar en todo el hincapié que se hace en el sufrimiento de Jesucristo, tanto recalque en la sangre y todo lo "gore" que fue su pasión (si, estoy pensando en la película de Mel Gibson también), y me llama la atención lo poco que se recalca lo más importante de toda la Fe Cristiana, que es la Resurrección. Como en la misma película se puede ver, la resurrección es solo un momentito después del largo tormento y derramamiento extraordinario de sangre que es todo ese film...y se acaba. ¿Qué se pretende? ¿A cuanta gente no le gustaría pensar mas bien en un Dios Rey que nos mira desde lo alto, sano y feliz que quiere lo mejor para nosotros? Creo que se ha tomado el camino equivocado. En su lugar tenemos imágenes culposas que nos recuerdan que Dios murió por nosotros, y que por lo tanto, estamos en deuda con Él, que nuestra salvación es casi una obligación por deuda... ¿¿¿no es al revés la cosa??? Dios murió por nosotros y quiere salvarnos, Él está bien, no llora sangre y sus heridas hace casi 2000 años que sanaron. No tenemos que caminar de rodillas hasta sus santuarios ni flagelarnos ni sufrir para tratar de igualar Su sufrimiento. Esa no era la idea.
Su idea era tan simple como que ames al projimo COMO A TI MISMO... es decir, IGUAL, no menos ni más tampoco. Me parece que hay una flojera oculta detrás de todo esto, si, en serio. Creo que para mucha gente es más fácil ldarse latigazos y sentir que se está bien con Dios por eso en vez de ayudar a los que están cerca suyo, y ayudarse a si mismo. Vivir una vida de comunidad con quienes están a su alrededor, saludarlos, conversar, darles ayuda si la necesitan... al final me parece que el egoísmo gana, y el llanto y el castigo físico son más fáciles de aplicar, sin exagerar, con una mentalidad medieval: el sufrimiento purifica el alma....meh!
Detente un momentito a pensar, si Dios te ama, si Dios es AMOR.... ¿querría verte sufrir a ti? Si Él ya sufrió por ti, ¡¡¡¡la idea era que tu ya no sufrieras!!!! ¡por favor!
Ponte en esta situación: a ti y a tu pareja los raptan unos terroristas, y ves que van a sacrificar a alguien y tu por amor vas y dices "yo moriré en su lugar", perfecto, te matan a ti, y el otro queda libre. Qué te parecería que esa persona se las pasara pensando en que moriste en su lugar, va y cuelga cuadros en su casa de todas las fotos de tu sacrificio, mientras te cortaban en dos, y mas fotos de tu cadaver, y no deja de pensar en tu muerte y vive en tristeza y culpa porque moriste por ella... ¿No le dirías que la corte con eso y que siga con su vida, y que haga todas las lindas cosas que siempre qiuso hacer? ¿Que se dedique a tener una linda y alegre vida, y que críe a sus hijos sanos y felices? ¿No crees que Dios podría llegar a pensar que murió en vano por toda esa gente que, a pesar de ser libre, se ha autoencarcelado en culpas gratuitas?

Creo que hay que dar gracias con alegría, vivir esta semana santa con solemnidad, con meditación y oración, si... pero eso no significa triste. Como dijo Ernesto Acher (Ex Les Luthiers): "El humor es una cosa muy seria".