
Si, Celsius Reloaded, conectado otra vez y transmitiendo al mundo desde este humilde Blog. Para qué voy a explicar y clarificar los motivos de por qué estuve tanto tiempo desconectado, no vale la pena. Han pasado muchas cosas desde la última vez...naturalmente. Es difícil comenzar a contar en estos casos, pero para eso estoy escribiendo estas líneas, hago el intento.
Para comenzar, sostengo mi impresión sobre esta linda ciudad llamada Berlin: es una delicia que no basta con mirarla, hay que vivirla... ¡y vaya que la he vivido durante este tiempo! Ha pasado y he visto de todo, desde protestas con miles de personas y sin violencia alguna, pasando por fuegos artificiales, conciertos, festivales, fiestas y discoteques en donde ponen música gitana, músicos callejeros increíbles, comidas raras de todas partes del mundo, museos y exposiciones maravillosas, visitas ilustres, economistas borrachos que te hablan del futuro energético del mundo, estudiantes de teología bebiendo cerveza hasta por las orejas y lo mejor....un viejo vestido a lo más intelectual europeo, con camisa blanca, boina y traje negro, lentes de sociólogo y una barba fenomenal......vendiendo choripanes.
Si, estoy en Berlin, y pareciera que todo es posible por acá, las calles rebosan de colores, estaciones del año bien marcadas y la gente misma es colorida acá. Salir a comprar a una Einkaufsstraße (algo así como calle de compras) es un placer, con lindas fruterías y carnicerías de los turcos, pizzerías y Döner Kebab al por mayor. Uno se puede transportar como quiera, tiene metro, micro, tranvía, ciclovía....¿para qué usar auto? Yo ya tengo mi bicicletita, con todo en orden, su parrilla, su patita, candado, y dínamo para encender las luces delanteras y trasera. De hecho la gente acá maneja suavemente y muy de vez en cuando se escucha algún bocinazo de algún despistado conductor que no repara en el vehículo que se detiene delante suyo. Es muy poco lo que podría decir para describir la impresión que tengo de esta ciudad que tan bien me ha recibido durante estos dos cortos y largos meses y que ya se empieza a sentir como un hogar.
Por mi parte, ya estoy bastante mas establecido en el Wohnheim, ya tengo buenos amigos de piso y con los otros tres chilenos somos como una pequeña familia, de verdad es un gran apoyo poder recurrir entre nosotros.

Celebramos un 18 de septiembre fantástico, con unas 14 horas de celebración ininterrumpida. Hicimos sopaipillas la noche anterior, empanadas y hasta un buen pebre. Como buenos patriotas cantamos rumba flamenca con unos españoles que estaban fascinados con la celebración....ufff los recuerdod me abruman, porque ahora mismo me doy cuenta que antes del 18 de septiembre hice unas cuantas cosas mas. Pero qué tanto, lo contaré en cualquier orden, total, uds. de la cronología ni se van a enterar.

Así que también fuimos a Dresden, esa ciudad que casi me recibe, y a ultimo minuto me terminé viniendo a Berlin. Y podría decir que Dresden es bastante lindo, y es de alguna manera lo contrario que Berlin, en el sentido que hay mucho que mirar turísticamente hablando, todo salta a la vista en las fotos y es de verdad muy lindo. Pero luego nos dimos cuenta de que no había mucho más que hacer. Nuestros compañeros de beca nos llevaron a un Karaoke en la noche, y por supuesto los de Berlín les dimos clases de cómo carretear a los de Dresden. No daré muchos detalles, que baste con solo decir que el local estallaba a gritos y risas.

Visita Ilustre de mi hermano con su mujer Mara, mas Martín que llegó un día antes. La verdad es que el encuentro nos pillo en una situación bastante inesperada, como todos sabrán, por lo tanto los ánimos eran más bien tranquilos y nos dedicamos a conocer todo lo posible a "mi" ciudad. Lo pasamos bastante bien de todas maneras, y me alegro mucho de haber recibido la visita de mi hermano que no veía desde hace un año. Fue muy lindo verlo y es realmente una maravilla abrazarse en la estación de trenes en este inesperado lugar del mundo. La verdad es que agradezco mucho habernos visto acá, pues, además de haber sido lindo encontrarse, pudimos pasear, conversar y compartir lo que son impresiones muy personales sobre las cosas que uno vive como pasajero en Europa. Y de verdad es muy rico poder compartir y sorprenderse abiertamente sobre las cosas nuevas que uno aquí ve, comentándolas así con alguien que uno quiere y sabe realmente de qué estás hablando, sin demasiadas explicaciones. Son cosas que lamentablemente son difíciles de lograr con los amigos que uno se hace acá. De verdad me siento afortunado de haber podido sentir el gusto de ya no acordarme simplemente de mi hermano cuando veía algo que sabía que le gustaría, sino que mas allá de una discreta sonrisa que uno se guarda sin comentar nada, uno levanta el brazo, apunta y grita: "¡Mira!". Eso ya lo dijo todo, hay diez mil recuerdos y sentimientos detrás de ese simple acto y que dicen mucho más que lo lo explícito. En fin, muchos de los que han viajado y han vivido cosas similares me entenderán, y creo que es algo difícil de explicar si no se ha vivido.
Para no latearlos demasiado, contaré una última anécdota y me guardaré las demás para el siguiente artículo. Fui a ver una exposición de pinturas llamada "Die schönsten Franzosen kommen aus New York" (Los más bellos franceses vienen de Nueva York). Y son pinturas francesas del Metropolitan de NY que trajeron acá a Berlin. Yo nunca he sido un hombre de exposiciones ni museos, pero vale la pena destacar que es una interesante experiencia ir a una expo así. Estar frente a cuadros conocidos e importante, a tan sólo centímetros de distancia tiene mucho más de lo que yo esperaba. Estar frente a los Van Gogh fue algo especialmente conmovedor, sin entender realmente demasiado de pintura. Con esto dejo abierto el tema para mi próximo Post que será sobre los museos que he visitado acá en Berlín. Un abrazo a todos. (Aguantense un rato con las fotos, en el proximo post les pongo de todo lo que he fotografiado, ahora puro blabla nomás, es que de verdad es caleta).
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